jueves, 18 de septiembre de 2008

Débora Aguirre

Rosario en el 2050

Es el año 2050. La ciudad de Rosario parece ser un caos si comparamos con lo que fue cuatro décadas atrás. Lo que en esa época era algo absurdo para algunos, hoy es una realidad que se vive a diario.

La contaminación ambiental es algo que nos rodea, el aire ya no es el aire porque tiene poca cantidad de oxígeno. Para salir a la calle hay que ponerse una mascarilla conectada a un tubo de aire, algo que antes se usaba para bucear en el océano.

El agua es otro de los recursos naturales que hoy en día se ha perdido. En todas las casas entre el tanque de agua y la canilla hay una máquina potabilizadora de agua porque el agua que venía de los ríos y que pasaba por la planta potabilizadora ya no se puede usar. La planta potabilizadora no da abasto por eso se decidió que cada uno tenga una en su casa.

Así como estos problemas, hay muchísimos más dificultades que hoy en día enfrentamos y hace varios años era casi inconcebible.

Las energías que antes se conocían ya casi no existen. Ahora se han creado otras nuevas intentando utilizar otros recursos.

Otro tema que no ocupa son las enfermedades. Con el agua contaminada, el aire sin oxígeno y todos los problemas actuales, las enfermedades son muy comunes. Los órganos más atacados son el estómago por la mala calidad de los alimentos que ingerimos y los pulmones. Hoy en día el que no tiene plata no vive porque si no tenemos las mascarillas y la planta potabilizadora, no resistís, te enfermás y te morís.

Hoy, pienso en el ayer, en esos paisajes lindos, en la naturaleza y en las cosas tan simples que antes se hacían y hoy son una lucha diaria contra la muerte.

Estoy en mi casa, sentada, escribiendo quizás las últimas palabras que pueda expresar. Estoy enferma y condenada a muerte, por eso decidí reflexionar y volcar en este papel, quizás le sirva a alguien que no haya existido en los buenos momentos y así puede reflexionar sobre el futuro y desear una vida mejor y más duradera.

DÉBORA AGUIRRE

sábado, 13 de septiembre de 2008

Julián Nieto

Los robots y los humanos

Estaba aquí en el bar de la Ex Técnica 6 de 1º de Mayo 1059 tomando un café. El bar fue creado por robots y yo cree a esos robots. Hoy es un furor. Y vienen las más prestigiosas damas y caballeros del mundo de la farándula y ellos mismos se asombran de los detalles de cada rincón y del más exquisito café argentino.

Esta vez debe ser la primera vez que Argentina es reconocida mundialmente por su tecnología que ha superado a todo el continente asiático y parte de América del Norte.
Ahora voy a mi casa en auto, y veo que el petróleo ya es cosa del pasado, el biodiesel está prohibido por la contaminación radioactiva, ahora la moda es la energía solar.

Cuando llegué a mi casa en La Florida, mi mujer estaba regando el jardín de afuera con mi hija Rocío, que por fin con cuatro años había aprendido a andar en bicicleta sin rueditas.

Otro día la empresa Nieto Company me mandó un mensaje El robot ama de casa, dice que a las 8.00 hs para el tren bala, que trate de llegar antes de esa hora porque tiene que decirme algo sumamente importante para mis proyectos.
Al terminar de desayunar a las 8.00 veo por el noticiero que el tren bala comenzó el paro. A esa hora me acordé de lo que me había dicho mi compañero de trabajo a las 8.01. Los robots se volvieron locos, los ojos se les pusieron rojos y el cuerpo se llenó de armadura y armas de ataque.

Mi robots me quiso atacar, entonces agarré a Pamela, mi esposo, y Rocío, mi hija, nos juntamos los tres en la pieza y yo saqué mi carabina calibre 9 mm y pude derrotar a mi amo de casa. Pero después comenzaron a venir más y después ellos se curaban y creaban simultáneamente para destruir la raza humana y no pude contra todos ellos, así que tuve que sufrir la dolorosa muerte cortado en diez pedazos con la hoja oxidada de la amoladora, pero bueno, a todos le llega su fin,. Para algunos es más lindo para otros más feo, como para mí.

Los robots crearon la nueva raza que viviría sobre la tierra y ellos van a mandar en los próximos años de vida en la tierra.

JULIÁN NIETO

domingo, 7 de septiembre de 2008

Joaquín López

Era un 14 de julio de 2008 cuando en Rosario, un grupo de científicos decide probar por primera vez de manera imprevista su gran invento: “La máquina del tiempo”. La fecha oficial de la prueba era para marzo de 2009.
-¡Estoy cansado de este presente!- Exclamó Benito, uno de los integrantes de este equipo de científicos, y se dirigió presuroso hacia la máquina para viajar al futuro y escapar de este presente catastrófico que estamos viviendo- acotó Jairo, el jefe del grupo.

Decidieron utilizar la ingeniosa pero insegura máquina del tiempo. Era el presente que atravesaba el país con crisis económica y social lo que los obligó a abandonar el presente mencionado.
Acordaron viajar hacia un futuro no muy lejano con el propósito de ver los resultados de esta crisis.
¡Viajemos hacia el 2010¡- gritó Alfonso, el científico más aplicado.
-Buena idea- le dijo Santiago, su primo.

Dos horas después de acordar la fecha del viaje, ya preparados, se metieron en la máquina y programaron la fecha de llegada a destino. Pero la máquina tenía una falla. Una vez dentro de ella, el reloj que medía el tiempo comenzó a correr imprevistamente deteniéndose en el 2050.
Los amigos y científicos bajaron de la traicionera máquina asombrados, ansiosos y con miedo.
Es una maravilla, exclamó, sorprendido Alberto.
-Sí, pero estamos en el futuro de Rosario- aclaró, Alfonso con los ojos llorosos.

No lo podían creer. Rosario que en sus tiempos era una ciudad en crisis y con problemas de todo tipo, estaba preciosa, en todo su esplendor.
Veían una ciudad limpia,. iluminada, con sus habitantes alegres. Y cada uno cumplía su función dentro de la ciudad. Pero al mirar un cartel luminoso y enorme, a pocos metros de donde estaban situados, quedaron perplejos, con a mirada fija, casi emocionados. Decía: “Bienvenidos al gran rosario”, la ciudad, cuna de la felicidad.
Se preguntaron qué fue lo que ocurrió para llegar a tal situación. Le preguntaron al primer ciudadanos que se les cruzó qué había ocurrido para llegar a ese nivel de vida.. El ciudadano respondió orgullosamente y alegre ¿Cómo? No lo supieron. Fueron nuestros científicos rosarinos que encontraron la cura para lograr la felicidad.
¿Pero cuándo-preguntó, Jairo sorprendido.

Un 14 de julio de 2008, queriendo escapar de su presente viajaron en una máquina del tiempo aun futuro lejano. Al regresar a su época hicieron pública la receta de esta cura obtenida en el futuro visitado
¿Y cuál es la receta? – intervino Alfredo.
Toda la vida estuvo a nuestro alcance. Siempre existió en la historia de la humanidad- respondió presuroso y se fue.

Los científicos no entendieron y sin conseguir la receta volvieron a la máquina, lo programaron y entraron en él.
Al estar dentro miraron y sonrieron. Habían entendido cuál era la receta y que todos podían tener acceso a ellas desde siempre.

Así volvieron a su tiempo alegres de haber encontrado la cura de la felicidad y ansiosos por hacerla pública

Joaquín López