sábado, 14 de junio de 2008

Agustín Fola

Rosario en el 2050

Fuera lo que fuera, no era normal. Rosario se enmudeció de pronto.. En mis 66 años de vida, nada parecido ocurrió. Ni los precarios robots que existían en aquel año se sentían tranquilos.
De repente, una brillante luz roja comenzaba a hacerse presente. Se llamaron a científicos, físicos, químicos y a todos los posibles expertos que podrían resolver el misterio de dicha luz.
Nadie lo pudo resolver. El miedo comenzaba a aparecer en la gente de la ciudad.
Los ciudadanos comenzaron a exigir respuestas a sus preguntas. Pero ni el intendente podía resolverlos.
La única solución que encontraron fue contactarse con otros países. Sin embargo, en ningún país fue detectada esa luz.
Luego de varias semanas, la luz que se encontraba en todo el país se concentró únicamente en Rosario
Pasaron tres meses y la luz se volvió cada vez más brillante. Un físico estadounidense demostraba su asombro.
Debido a esto, el presidente de los Estados Unidos mandó su avión presidencial a Rosario. Mucho no se pudo saber debido a la confidencialidad del caso entre gobernantes y el físico.
No se encontraban motivo de la aparición de esta luz por lo cual la gente se acostumbró a vivir con este fenómeno.
Luego de un año comenzaron a aparecer pequeñas naves que debido a sus características, el físico consideró que venían de Marte.
Aterrizaron en un cambo deshabitado y salieron de ellas miles y miles de extraterrestres. No tenían armas ni nada que pareciera peligroso.
Un intelectual extraterrestre nos sorprendió hablando español expresando su deseo de habitar nuestras tierras debido al gran peligro de destrucción de su planeta por un enorme terremoto.
Así la gente los aceptó y poco a poco se fueron esparciendo por toda la Argentina. Relacionándose y formando amistades con los humanos.

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